Nikko me dejó con muy buen sabor de boca, y mi cumpleaños se acercaba, como amante de la naturaleza, me imaginaba pasarlo rodeado de árboles o montañas, por suerte, pude combinar ambas. Alrededor del monte Fuji hay 5 lagos, visité dos de ellos, que constituyen algunos de los mejores puntos escénicos para observarlo, pero no son los únicos como las
estampas de Hokusai nos dejan muy claro. Kawaguchiko es el punto de observación más accesible y cercano al volcán, que solo se puede escalar durante un mes, a mediados del verano, Se puede llegar usando el JR pass, sólo que el viaje toma unas 2 horas, es como si existiera un metro que fuera del D.F. a las pirámides de Teotihuacán, con decenas de estaciones de por medio, igualmente porque conforme más se acerca al volcán, hay que recorrer completita una línea de metro privada, que se tiene que pagar aparte y recorre una zona bastante suburbana. Kawaguchiko es bastante grande, es boscosa, donde las distancias entre los miradores y puntos de interés se pueden recorrer en bus, hay un pase de dos días, que tiene horarios y paradas precisos, de las 3 rutas de camiones que hay. Incluso dentro de los camiones los paisajes roban el aliento, existe también la posibilidad de rentar bicicletas y recorrer los asentamientos que rodean el lago, que además cuentan con muchos miradores bastante específicos, pero sería complicado usarla para adentrarse en la zona de las cuevas y la aldea donde viven japoneses, fieles al estilo de vivienda tradicional (ya no me dio tiempo de ir).