Un blog personal, de interés general y alimentado con algunas cosas me que pasan... o no y que comparto (en parte porque mi memoria es tan mala como la de cierto pez cirujano azulito animado por Pixar) para dejar algunos testimonios de lo que me pasa... o no.
Osaka
A casi tres años de haber escrito el último post, alguien me presionó para continuar la narración, cuando comencé con éste blog, lo hice principalmente para preservar memorias, porque mi memoria biológica es bastante hechiza, y es por ello que creo que aún es un buen momento para concluir de escribir tales memorias, con la ayuda de Google, fotos geo-referenciadas y Telegram, hay buen respaldo de información que tan sólo carece de una narración :D.
Decidí pasarme de largo Kioto para hacer base en Osaka, pues me permitía moverme más rápido hacia el poniente y sur, donde hay varias cosas interesantes para visitar. Al llegar, lo primero que visité fue mi hotel cápsula (sí, como los de los reportes periodísticos), parece que son bastantes viejos allá, pero son muy accesibles en precio y tienen un shingo de servicios: El equipaje se guarda en lockers, incluida la ropa y ellos proporcionan pijamas para estar dentro del hotel y toallas, los baños suelen tener jacuzzi y sauna, antes de usarlos uno se tiene que bañar, el hotel proporcionan todos los artículos de limpieza, hasta rastrillos y gel. Eso de estar en los jacuzzi es bastante relajante. Pero los hoteles suelen tener además librerías de manga, spa, un par de computadoras públicas, restaurante, sala de tele y juegos de azar (sin mujerzuelas :/).
Para mirar la tele, uno escoge el canal que quiere escuchar en el sillón, con bocinas powers y voltea la jeta a la tele que coincide.
Lleve lleve sus calzones de respuesto en la recepción o la corbata pal godín gone wild buscando un cambio de look.
Las cápsulas son compactas pero a veces tienen tele o radio, enchufes para cargar, y espejo para la sesión de belleza.
A la izquierda una tlayuda dulce con huevo y esas bolas como de arroz inflado (sabía chido). A la derecha los amados takoyakis.
Osaka es una de las ciudades más grandes de la isla, y es un buen punto para trasladarse, eventualmente decidí también comprar ahí mi cámara semiprofesional, pues tenían una sucursal de las tiendas de electrónica más gigantes en el país, un verdadero paraíso geek. Es por ello que el lector notará una mejora en la calidad de las fotografías, aunque en realidad no sabía usarla y disparaba en automático.
Kamamura
Kamamura se encuentra al sur de Tokyo y es cuna de importantes templos y del segundo Buda más grande de Japón, la mayoría de los puntos de interés se encuentran cerca entre sí. El buda gigante de más de 13 metros de altura y 93 toneladas es icónico, después de que por siglos se derrumbaban los templos donde lo colocaban por tormentas, lo dejaron al aire libre y el recinto está rodeado de como realizaron todos los preparativos para que nada lo pudiera dañar, ni esos temibles terremotos que aquejan a Japón, cerca del buda, hay un par de templos con cosas impresionantes, como el que está dentro del Hase-Dera, un Buda que según la leyenda fue grabado paralelo a otro de un mismo pedazo de madera (El otro se quedó en Nara), uno de ellos fue lanzado al mar para que encontrara su lugar espiritual y salvaría a la gente local (¿de los cataclismos?), y emergió tiempo después en Kamamura, donde le dieron su lugar, mide dos metros y es espectacular observar el detalle de las estatuas en esos recintos, el templo es bastante grande y lleno de pequeñas estatuas para adorar, en teoría no esta permitido tomar fotos de los Budas que están dentro de los altares, por lo que no tengo manera de mostrarlos, pero es un lugar que no se puede dejar pasar, aún lado de los budas más emblemáticos había un museo con arte del budismo Kannon, también bastante interesante. El otro gran punto de interés en Kamamura es el Tempo shintoísta Tsurugaoka Hachiman-gu, donde siempre parece haber algún festejo religioso, como se verá, Kamamura es pequeño, lleno de comercios y jardines, pero aún así uno se siente aunque sea un poco inflamado por la peculiaridad de sus templos y lo espectacular de sus estátuas y templos.
El segundo Buda más grande de Japón.
Por módicos 20 yen uno puede entrar y observar cómo se construyó, la técnica se explica adentro.
Me lo dieron al entrar al museo, es la magnífica estatua que se abrió camino por el mar hasta Kamamura.
Hay un sistema de cuevas con altares y cada uno de esos puntos blancos, son estatuitas que se ofrendan, regadas por toda la cueva.
Avatares, resurrecciones divinas, me recordó a Aang. Eran 32.
La boda trans cultural en el Templo más icónico de Kamamura.
La boda uni-cultural, a unos pasos.
¿Por qué los santos católicos no son representados tan amenamente?
El gran buda influye hasta el amor de los gatos en los souvenirs,
Pinshi Miguel Hidalgo, con razón te tardaste tantos años en empezar la independencia, conquistador de féminas asiáticas.
Kawaguchiko
Nikko me dejó con muy buen sabor de boca, y mi cumpleaños se acercaba, como amante de la naturaleza, me imaginaba pasarlo rodeado de árboles o montañas, por suerte, pude combinar ambas. Alrededor del monte Fuji hay 5 lagos, visité dos de ellos, que constituyen algunos de los mejores puntos escénicos para observarlo, pero no son los únicos como las estampas de Hokusai nos dejan muy claro. Kawaguchiko es el punto de observación más accesible y cercano al volcán, que solo se puede escalar durante un mes, a mediados del verano, Se puede llegar usando el JR pass, sólo que el viaje toma unas 2 horas, es como si existiera un metro que fuera del D.F. a las pirámides de Teotihuacán, con decenas de estaciones de por medio, igualmente porque conforme más se acerca al volcán, hay que recorrer completita una línea de metro privada, que se tiene que pagar aparte y recorre una zona bastante suburbana. Kawaguchiko es bastante grande, es boscosa, donde las distancias entre los miradores y puntos de interés se pueden recorrer en bus, hay un pase de dos días, que tiene horarios y paradas precisos, de las 3 rutas de camiones que hay. Incluso dentro de los camiones los paisajes roban el aliento, existe también la posibilidad de rentar bicicletas y recorrer los asentamientos que rodean el lago, que además cuentan con muchos miradores bastante específicos, pero sería complicado usarla para adentrarse en la zona de las cuevas y la aldea donde viven japoneses, fieles al estilo de vivienda tradicional (ya no me dio tiempo de ir).
Con el Monte Fuji a mis pies. La parada 21 y 19 tenían la mejor vista, llegué ya tarde, por lo que la luz era un poco mala :(.
Lo más interesante para visitar en el lado boscoso de la zona, son unas ancestrales cuevas donde los japoneses guardaban hielo, para mantener sus cosechas y consumibles.
No se como cupe por ahí, las cuevas de hielo son resbaladizas y compactas.
Hay una cueva con murciélagos, todo eso es erosión de sus desechos haha, al estar accesible sólo de día, la probabilidad de ver un murciélago no es muy buena.
Los bosques aún tenían un poco de nieve, super agusto para pasar el cálido día.
Algo que se debe aprender pronto es que allá todo tiene una versión tierna (Kawaii), ¡Fuji-san, que bonito te ves!
Tal vez mis fotos del atardecer no le hacen justicia al lugar, pero estar ahí me pareció mágico, uno de mis mejores cumpleaños, aunque terminé con un nudillo cortado por atrabancado.
Luego de superar los miedos de las limitaciones lingüísticas éste resultó ser mi viaje más memorable. Es por ello que haré un cierto número de fotoposts, ya que las imágenes dicen más que mis posibles textos, Japón se vive a través de todos los sentidos y mirar hacia cualquier dirección implica que algo tomará posesión sobre la mirada, ya sea porque es algo cultural sigificativo y super viejo o porque las bizarreces callejeras son abundantes. Es por ello que el viaje se dividirá en varios posts, para no sobresaturarlos individualmente con la carga de imágenes.
Mi viaje comenzó a mediados de Marzo y terminó la primera semana de Abril, tratando de coincidir con la temporada de las flores de cerezos que adornan todo el país, mi percepción final es que las dos primeras semanas de Abril es cuando están en su mayor apogeo, aún así había un poco de resaca invernal y la lluvia alternada de días soleados no era inusual, llevé una mochila gigante que dejaba en los hostes, una regular para diario, un paraguas (que me resultó extremadamente útil), una chamarra rompevientos y no demasiada ropa, en muchos hostales había lavandería, y así pude echar más cosas para traer de regreso.
Lo primero que hice al aterrizar fue sacar efectivo de los cajeros, el tipo de cambio es más favorable que cambiar de pesos a dólares y luego de dólares a yen. Desde el aeropuerto de Narita hay camiones y trenes que lo llevan a uno a la Tokyo, el método más económico (unos 1500 yen) es un tren que tarda lo mismo que los camiones (más costosos), 90 minutos, a través del metro, la línea Keisei, esta también el Skyline que cuesta el doble y se hace media hora, existe también la posibilidad de activar el JR pass y usar la línea Keisei sin pagarla aparte, pero en mi caso activé el pase 3 días después de mi llegada, para poder planear una ruta de los lugares que vería con calma. Mi primer hostal estaba en la zona de Asakusa, obviamente no tenía idea de que el templo más icónico de la ciudad estaba por ahí: mi vista al emerger de las profundidades del metro fue la siguiente:
Tokyo. Fase I
El cuartel general de la cerveza Asahi, el edificio parece un tarro, con la gota flotante y el Skytree al fondo, el edificio más alto de Japón.
Las casas y negocios conviven perfectamente con las estaciones y vías de metro (que es lo que parece techo).
La puerta del trrueno, que da acceso al Senso-ji, uno de los centros religiosos más importantes de la ciudad.
Después de dejar mis cosas decidí ir a la estación Ueno, donde podría conseguir la tarjeta SIM para mi celular, como buen caminante, opté por usar mis piernas como propulsión, con el plus adicional de que podía ir conociendo la ciudad y los altares que salían de la nada, los restaurantes de la zona, las esculturas, jardines que emergen de la nada, un sin fin de cosas, la idea de los primeros días era empezarle a perder el miedo a ese monstruo de ciudad, pero siendo chilango, estoy curado de espanto:
Esos jardines tan bellos y antiguos no se mantienen solos.
El acceso al palacio imperial, no se puede ir más lejos, pero fue una excelente vista para cerrar el día.
Empezar el día temprano tiene beneficios únicos.
Ah si a huevo, por eso no sabía por dónde llegar, ahora sí, todo está más claro >.<.
Hace ya un par de meses regresé de un viaje de 19 días a Japón; mi estilo de viajero es por lo general en solitario y sin mucha planeación previa, porque así puedo tener la mayor facilidad posible para decidir los destinos y rutas, tomando en cuenta las recomendaciones de los locales; pero la cuestión lingüística es muy diferente a la de cualquier otro lugar que haya ido antes, donde el inglés, el español o un poco de encanto bastan para comunicarse; esta vez no pude ser tan chilero, así que planeé un par de cosas antes de partir (no demasiadas):
Costos
Como mexicano se tiene la idea de que Japón es cara, nada podría estar más alejado de la realidad... ja, ya mero, Japón sí es cariñosón, pero siempre hay manera de rebajar precios, yo por ejemplo gastaba algo así por día:
Hospedaje: Entre 2500 y 5000 yen, siempre busqué hostales o cápsulas, si se reservan con tiempo es en lo que más puede uno ahorrarle.
Comida: Como 200-300 yen por desayuno tipo Oxxo, los Seven Eleven abundan, además de que son los cajeros automáticos del país, y como entre 400 y 600 yen para la comida-cena, lo chido es que en los restaurantes, el agua es gratis, tal vez hubiera podido rebajar más si supiera japonés, siempre terminaba en restaurantes con menúes con fotos, algunos pocos en inglés o donde los platillos estaban replicados en plástico en un aparador afuera del changarro. Y compraba tal vez demasiados Calpis de sabores exóticos, por módicos 100 yen o un poco menos y un par de oniguiris, con eso se arma el día.
Se veían tan reales
Transporte: El Pase de tren del que hablaré me cubría casi todo, eventualmente también tuve que usar un par de viajes en metro que no incluía, como entre 200 y 400 yen, dependiendo de la distancia, también se pueden rentar bicicletas, en algunos hostales las conseguí en 500 yen por todo el día, en otros lugares las vi en 1500 yen por 4 horas, hay que buscarle y también depende de la ciudad, donde más fácil me pareció fue en Kyoto.
Souvenirs: Nunca había comprado recuerditos, pero allá todo es tan chido que te dan ganas de traerse todo, lo malo es que cuestan entre 200 y 600 yen las marinolas, al menos siempre las dan envueltas en bolsitas coquetas.
Accesos: Dependiendo del lugar es en lo que más se gasta, hay accesos a pequeños templos desde 200, pero los más icónicos cuestan entre 500 y 1000 yen, hubo un museo que costaba 2500, con tantas cosas que ver, los preferí usar en 3 sitios diferentes. Sobre todo porque en un mismo día visitaba 3 ó 4 sitios con accesos con costo.
Entrando a lo que sí planeé:
Transporte
La mejor manera es usando su red de trenes, extensa y extremadamente eficiente. Antes de siquiera poner un pie en Japón hay que hacer un desembolse grande para comprar el Japan Rail Pass, es pensado para turistas y no se puede comprar dentro de Japón. El JR pass es perfecto para viajar entre ciudades, especialmente porque permite el acceso al tren bala (Shinkansen), tantas veces como se desee, y en ciudades grandes también cuenta con algunas líneas de metro, sobre todo en Tokyo, hasta incluye un ferry en la prefectura de Hiroshima (por cierto, la isla a la que llega es un destino imperdible). Tienen vigencias de 7, 14 y 30 días; se puede comprar por Internet y se envía por correo, desde aquí, O se puede contactar a los operadores en México, Al momento de mi viaje; Operadora Intercontinental Turistica, S.A. de C.V, me ofreció el mejor tiempo de entrega y precio, su precio era de Yen a Pesos, en el caso de otros era de USD a Pesos, y eso subía un poco el precio.
Existe la clase verde (de lujo), pero la verdad, la clase ordinaria es bastante buena, especialmente en el tren bala, con amplio espacio para estirar las patas y toda la onda, algunos de ellos hasta enchufes y WiFi gratis tienen.
El Shinkansen, tan sensual como él solo.
Comunicación
Sin Internet en mi celular difícilmente hubiera sobrevivido, cada vez que necesitaba saber los puntos de interés de un lugar, o rutas para llegar a él o comentarios de viajeros, recurría al Internet; los japoneses, por muy buenas intenciones que tengan de ayudar, no siempre logran comunicarse asertivamente en inglés (ya en español esta muy jodido, aunque conocí 2 japonesitos que lo hablaban, escuchar a un japones con acento ibérico diciendo joder y tío es tan bizarro como el mismo Japón). Además era mi único modo de averiguar información interesante de los sitios importantes, la mayoría tenía placas sólo en japonés y no todos contaban con folletos en inglés
Por lo que leí, Japón es uno de los países donde las tarjetas SIM para celulares están bastante reguladas, al parecer no tiene muchos años que se empezaron a comercializar planes prepagados para visitantes temporales, con acceso solamente a los datos móviles, ya existen también planes de voz para visitantes, pero no me parecieron muy atractivos, además de que en esta era la comunicación tiene el acento prácticamente sólo en el Internet. Para escoger el plan más atractivo me basé en esta página (dar click). Hay que tener en cuenta un par de cosas:
El celular debe estar liberado (unlocked), aquí en México aún venden los equipos "casados" a una red, se tiene que liberar antes de poderlo usar con otros operadores.
Hay 4 operadores de telefonía móvil en Japón, la más grande es NTT DoCoMo, se supone que tiene la cobertura más amplia. Hay un montón de comercializadores de las redes y elegir la red dependerá en mayor medida de su compatibilidad con el dispositivo que se usará.
Dependiendo de cada fabricante de celulares, y el país en el que se comercializa, tienen el hardware para operar en ciertas frecuencias de bandas de telefonía locales, por lo que hay que ver en el manual del celular o en Internet, cuáles son las frecuencias que soporta, y después encontrar un operador japonés compatible con alguna de ellas, de otro modo "no se tendrá señal".
Las bandas que soporta cada proveedor, a veces en lugar de decir la frecuencia indican el número de la banda, aquí se puede ver la equivalencia.
La mayoría de los planes prepagados tienen límites de vida, hay bastantes con duración de 7 a 15 días, en mi caso eso me limitaba, por lo que busqué planes con duración de 30-60 días.
Algunos planes tienen límite de consumo, entre 200 y 300 MB por día, si se supera ese umbral, la velocidad de conexión se reduce drásticamente o se detiene, hasta que comienza un nuevo día, tal tipo de planes no sirven pa nada.
Algunos planes incluyen redes sociales gratis, como Facebook, Whatsapp o Line (pareciera que es el único mensajero que los japoneses usan).
Las opciones más fáciles de encontrar son las que menos valor por el dinero aportan, aquellas que venden SIMs en máquinas expendedoras en el aeropuerto, o que envían la SIM pregapada por correo a la oficina postal del aeropuerto ofrecen 1GB al precio de 3 GB con otros planes que se consiguen yendo a tiendas más especializadas, otra opción es la renta de un WiFi móvil, es útil cuando se va a conectar más de un dispositivo a la vez, lo malo es que no les dura mucho la batería y los planes son más costosos, mi recomendación es usar un celular con SIM dual, y usar un slot para la SIM de casa y no perder la verificación de las apps de comunicación y usar la SIM japonesa solo para internet.
Mi celular soportaba la frecuencia de 2100 MHz, por lo que opté por DoCoMo. Compré éste plan de 4 GB (3GB más la posibilidad de contratar 1GB extra) con acceso a redes de WiFi en todo el país, pero me quedé corto y usé este otro de 2GB y redes sociales gratis, por un precio un poco menor que el primero. Ambos se pueden comprar en las tiendas Yodobashi (aquí se ven las ubicaciones de las tiendas, hasta abajo de la página), que sea dicho de paso, son el paraíso de los gadgets y más, siempre están ubicadas cerca de las estaciones de mayor tráfico en ciudades grandes.
También hay muchos accesos de redes WiFi gratis para turistas, aquí hay una compilación de los servicios. La verdad no los usé porque me daba flojera llegar a una zona y buscar un lugar para anclarme :P.
Finalmente me puse a buscar blogs de viajeros que me inspiraran, casi todos los viajeros con el tiempo que yo hice visitaban los mismos sitios, a mi me dio pereza ir al mercado de pescados en la madrugada o a Disney World, mejor me fui a lugares más peculiares :D, este primer blog tiene muy buenas fotos y algunos consejos prácticos, sin embargo en cuanto pragmatismo se refiere, la guía que la oficina de turismo japonés ofrece esta excelente, en todos los aspectos, se puede encontrar aquí. Ya con eso empezaré los posts del viaje per se. El segundo post se accesa por aquí.
Bonus:
El siguiente video me ayudó mucho a entender la locura histórica que han vivido por siglos los japos, además esta super divertido:
Ahhhh, la temporada de lluvias, el olor a tierra en el ambiente, el aire fresco y agradablemente frío durante el día, los arcoiris, las tardes nostálgicas junto a la ventana, y claro la pericia de los ciclistas enfrentando su mayor prueba:
Muerto, por jugarle al vergas.
Rodar bajo la lluvia es visto siempre como algo negativo, algunas de las razones:
La raya de zorrillo que se hace en la espalda por el agua del suelo que la llanta avienta.
La falta de visibilidad de los ciclistas, automovilistas y peatones, es un riesgote.
Que uno termina mojado como jerga... y oliendo como a jerga.
Que si se llevaba ropa cuquis, se echa a perder un poco.
La sensación de frío.
La pérdida de efectividad del frenado.
La pérdida de adherencia de las llantas al suelo, ocasionando caídas.
Los baches y coladeras destapadas escondidas debajo de charcos misteriosos.
Pero hay un par de aspectos positivos, a todo lo malo hay que verle algo chido:
Aunque la reducción de fricción en el suelo ocasiona frenados lentos y posibles caídas, también permite pedalear a un buen ritmo sin tanto desgaste físico.
El aire frío contiene más oxígeno, lo que ayuda al cuerpo para desempeñarse mejor.
Cada gota que nos toca nos hace sentir vivos y alerta, porque de algún modo, aquel que eligió rodar y no estar en un rutinario gimnasio techado, es porque tiene esa necesidad de ejercer libertad y reflejos que tal vez ningún otro deporte urbano otorga.
Que ya totalmente mojado, ni se siente gacho que los coches levanten olas que rompen contra los ciclistas.
Dicho lo anterior, rodar bajo la lluvia no tiene porque ser una experiencia negativa, pero hay que estar bien preparado para sobrellevar y más adelante disfrutar esos chubascos que vacían las calles y hacen que los Godínez se vuelvan locos.
Equipo
Obligatorio: Lámparas, casco, lentes, guantes.
Deseable: Impermeable, salpicaderas para las llantas, chaleco reflejante, calzado que no se deslice con los pedales (en las zapaterías venden una especie de lijas adhesivas que se ponen en la suela para evitar que resbalen), cintas reflejantes, bolsas plásticas para la cartera o papeles.
Innecesario/Peligroso: Paraguas extendido, se sacrifica una mano en el volante a cambio de un receptor gigante de viento desequilibrante. No rifa en lo absoluto.
Los Consejos:
Todos los actores viales pierden visibilidad, lo cual hace que los tiempos de reacción sean más lentos, además de que para el caso de los vehículos (autos, motos, bicis), la distancia en que se detienen siempre será mayor, por lo que uno debe estar más alerta que nunca y observar también si dos o tres autos adelante, alguno de ellos está frenando, es mejor que solo ver al de adelante y anticipar así el frenado. Los lentes y un casco con visera aumentan significativamente la visibilidad de los ciclistas.
No entrar en charcos, mucho menos si son profundos, en esta ciudad con calles que parecen haber sido bombardeadas por meteoritos, nunca se sabe lo que puede haber debajo del agua, y que nos puede hacer perder el control de la bicicleta, además de agujeros, eso incluye bordes de banquetas o zanjas que puedan enrielar las llantas, todo eso implica caer.
Hay que evitar en lo posible, mojar los rines o discos de frenado, entrando juguetonamente en charcos.
Hay que ser visibles y predecibles, los espejos mojados de los autos a menudo solo muestran sombras y luces difusas, por lo que hay que usar lámparas adelante y atrás, chalecos reflejantes son deseables, y más importante aún, rodar en una línea recta y predecible, si se tiene que hacer un cambio de carril para evitar un auto estacionado o un charco, hay que hacerlo con tiempo y hacer señales con las manos es deseable, dando tiempo a los autos de adaptar su velocidad para permitir el cambio de carril , que legalmente, un ciclista puede usar por completo.
Estar al pendiente de las aceras, a los peatones les encanta practicar para el maratón cuando llueve y eso los impulsa a atravesar calles furiosamente.
La distancia que los autos deben tener respecto a los ciclistas es de 1.2 m, no siempre se respeta y esos casos hay que estar prevenidos para poder maniobrar en condiciones desfavorables, dejando espacio tanto de la banqueta como de los autos, no pegándose demasiado a ninguno de los dos, para poder esquivar obstáculos en ambos sentidos.
En las primeras lluvias se evidencian manchas multicolores, provenientes de aceites derramados de los autos, son extremadamente resbalosas, hay que evitarlas, igual que los charcos.
No curvear muy cerrado en calles con pavimento o concreto demasiado pulido, las llantas se pueden deslizar con facilidad.
Bajar la presión de las llantas, requerirá un poco más de esfuerzo para rodar, porque aumenta el área de contacto de la llanta con el suelo (más fricción), pero como esta mojado, la fricción ya bajó, entonces vale la pena considerarlo porque el área adicional aumentará drásticamente el agarre de las llantas, especialmente en curvas.
Esos charcos y sus misterios ocultos del tercer milenio.
¿Hay algún otro consejo que los lectores quieran compartir? Puedes más consejos de ciclismo urbano y videos de lo mismo en esta sección.
Ya tiene un rato que los últimos miércoles del mes, muchísimos museos y casas de cultura extienden sus horarios para presentar exposiciones o recorridos nocturnos, tenía un buen de ganas de ir al Museo de Arte Popular a ver los alebrijes nocturnos. Los alebrijes siempre me han gustado, desde niño me encantaban los juguetes de monstruos salidos de la más retorcida mente de sus diseñadores, mi favorito era una versión de Alien que tenía una especie de espina dorsal expuesta con alas y garras gigantes de águila o algo así. Las películas que involucran mosntruos que suelen ser fusiones de cosas que conocemos también me emocionan, como es el caso de Pacific Rim (Que ora si dicen que ya tiene fecha de estreno :D).
Entonces éste miércoles que pasó me lancé tan pronto pude, luego de peregrinar desde Six Flags con mis primos, para ver la tan elusiva exposición, que había querido observar por meses previos:
Este fue mi favorito, Las criaturas del abismo marino me parecen bastante monstruosas.
Había un buen de gente echando la selfie, pero al parecer era la finalidad, porque los alebrijes interactuaban un poco con los que se les paraban al frente.
Estos no me parecieron de anatomía tan mixta o increíble.
Este estaba padre, mitad pez mitad insecto. Con un sistema de iluminación en los ojos que fluctuaba de manera diferente que el resto del cuerpo
Todos los alebrijes tenían una persona que los movía y que andaba cargando alguna batería para alimentar la iluminación interna de LEDs de los alebrijes, que variaba en tonalidad e intensidad luminosa.
No me gustó que, a mi parecer, hubo muy pocos especímenes. Me gustó que los alebrijes fueron diseñados desde su concepción para funcionar de noche y con iluminación, imagino que fueron un desafío técnico más complejo de lo que el papel periódico, engrudo, alambre y cientos de horas de dedicación arrojan; creo que es una buena manera de que el arte típico se acerque a nuevas generaciones que solo piensan en gadgets y selfies... y de cierto modo, estos alebrijes eran un gadget y a la vez un punto de interés para selfies, imagino que varios de las asistentes pusieron su foto como perfil de Whatsapp o Facebook.
Vino Gary.
La morrilla ya se sentía muy maloramente luminosa.
Y ya como pilón había una sala abierta dedicada a una técnica artesanal que consiste en conjuntar diferentes tipos de madera para crear cosas como las que se ven a continuación, por desgracia no logro recordar el nombre de la técnica.
Estaba chida la cruz, que chambota.
Porque los mexicanos nos reímos de la muerte y mejor la usamos para guardar chunches.
Este tablero creaba un efecto de distorsión chidito. bien espacio-temporal.
Mi animal doméstico favorito son los hurones, son rollos de pelo y cielo con instinto para aplicar la técnica cocodrilesca de morder y girar, los adoro n_n, pero en estos momentos de la vida me niego a tener mi manada de hurones, ya llegará el momento y tendrán un amigo gato, ahora lo sé.
La primera vez que escuché ronrronear un gato, fue en realidad una novia que amaba los gatos, pero era alérgica a ellos, y decía ronrronear cuando estaba muy feliz, alguna vez hizo eso junto a mi y yo angustiado le pregunté si se estaba ahogando... en mi mente los gatos ronrroneando sonaban como purrrrrr, no grrrrrrrrrr (guturalona la cosa), sobra decir que mi ex nunca volvió a sonar como gato x_x. Pero escuchar ronrronear a un gato verdadero transmite un vasto sentimiento de alegría, siendo seres tan huraños, demuestran su calidez de pocas maneras y cuando ronrronean es algo que atesoro ahora.
Para mi, los gatos eran seres mitológicos adorados por los egipcios, emperadores del Internet, acaparadores de camas enteras, usureros de la libre voluntad de sus humanos, y así, todo a cambio de algunos eventuales acercamientos con sus dueños, ni qué decir de los extraños, esos no merecen compartir ni el aire que respiran, ese tipo de impresión tenía de los pocos gatos que había conocido en mi vida, pertenecientes a humanos subyugados por su felino poder que ocasionalmente visitaba.
Pero no podía estar más equivocado, era sólo cuestión de no haber convivido con los gatos adecuados o el tiempo necesario para que agarren confianza, y me di cuenta de eso cuando, durante una temporada, los gatos callejeros se me acercaban y se dejaban acariciar, por supuesto, les daba su espacio y permitía que se familiarizaran primero con mi aroma, después ellos frotaban su cabeza contra mi mano, sin saberlo, me les acercaba de la manera correcta, en esos meses sucedieron varias coincidencias. Kari, quien siempre ha sido amante de los gatos, pero tenía un tiempo sin que los felinos llenaran su ropa y su corazón de pelito, al fin se sintió lista para volver a tener rasguños en sus brazos; al tiempo que una persona cercana a la familia rescató a una bonita gatita que resultó estar embarazada, por lo que terminó adoptando a la gatita y a los 4 gatitos que nacieron después, más los otros 2 que ya vivían ahí O_o. Los 4 gatitos bebés eran muy unidos y el dueño sólo iba a permitir que se fueran dos juntos, pero cuando fuimos por ellos, fue imposible separarlos de su ya formada familia, por lo que Kari se quedó sin gatitos, pero unas semanas después se concretó una visita a un albergue felino cerca de mi casa (esta es su página), donde se aseguran que el gatito termine en buenas manos. A cambio piden el pago de una de sus vacunas e insumos de limpieza o alimenticios para mantener el albergue, para dos personas que se hacen cargo de por lo menos 100 gatos de todas las edades, me parece un intercambio justo.
Galileo casi recién llegado, parecía una ardilla rasguñadora.
Galileo pasó junto a mí al entrar a su sala, me llamó la atención de inmediato por su cola levantada y esponjosa, había unos 15 gatos que nos habían juntado de acuerdo a lo que buscábamos (negro, 3 a 4 meses, sociable y gustoso de estar acompañado), los gatos negros resultaron demasiado energéticos y al final Kari decidió entre Galileo y otro pequeño gato gris muy juguetón, el segundo iba a la delantera, por que era un poco más joven y tal vez se acoplaría mejor al perro que iba a hacerle compañía, pero Galileo había sufrido quemaduras antes de ser rescatado y era más grande que los demás, por lo que era menos probable que fuera elegible, así que coincidimos en que sería más bonito darle un hogar al que menos lo esperaba, y no nos arrepentimos.
Cuando no anda brincoteando por la vida, es bien fotogénico el canijo.
Galileo es el mejor gato del mundo, al llegar tenía algunos piojillos, una enfermedad respiratoria, costras que se sentían al acariciarlo y lugares donde el pelo no le crecía (no culpo de ningún modo al albergue, su destino pudo ser mucho más fatídico sin su intervención), el veterinario nos ayudó a ponerlo chido, en realidad es bastante sano y fuerte; y poco a poco todos sus padecimientos desaparecieron.
La esponjosidad de su cola ya es proporcional a su tamaño, y seguido la coloca como si fuera un coatí.
Un poco más de 6 meses después de haber llegado a nuestras vidas es un gato de suavidad que la seda envidia y una mirada inocentemente infantil capaz de derretir el hielo de los traidores en Judeca. Todos los que lo conocen no pueden evitar sonreír al estar en su cercanía.
¿Miau? ¿Y mi mamá?
Como todos buenos dueños al principio lo llenamos de juguetes que, hasta eso usa en su mayoría, pero le gusta sobre todo perseguir pelotas pequeñas, ya come alimento con proteína de carne y no harina derivada de productos secundarios de pollo o res.
Hasta pa dormir se ve todo tierno.
A veces se detiene en plena persecución juguetona para lamerse 2 ó 3 veces su pata o el pecho, no le gusta andar desaliñado por la vida.
Recreando cierta escena de El Resplandor. "Estúpido, déjame entrar, idiota"
No le gusta estar solo, pero tiene suerte de que en realidad queremos estar con él todo el tiempo, que se pele ya no e nuestra culpa, pero es nuestra responsabilidad hacerle tanta compañía como el nos hace a nosotros, y está chido, es en estos momentos que uno se da cuenta que era verdad cuando los papás decían que aplicar la chancla les dolía más a ellos que a nosotros, quién puede no sentir feo cuando ve unos ojos como éstos:
Y así sin darme cuenta, me convertí en el que tiene su cámara llena de fotos de su gato.
Meses y meses han transcurrido, las ganas nunca llegaron, aunque ahora tengo más tiempo libre que nunca, para dedicarlo a mis gustillos personales, como lo ha sido éste blog; pero me he sentido desganado en general y como mis anécdotas están mezcladas con temas diversos: musicales, memescos o tutorialosos, sentía raro escribir un post sólo para decir qué pex con lo que pasa en mi vida.
Muchas veces he pensado que no vale la pena escribir nada, porque no me ha pasado nada... y en las últimas semanas se me han empalmado varias cosas, y la verdad es que he hecho muchas cosas, en compañía de Kari, quien ha sido mi piedra, mi alegría y mi añoranza y como pese a tropiezos, todo seguía un camino de estabilidad; me ha afectado la muy reciente separación de mi compañera de aventuras e infinidad de memorias conjuntas, hasta el grado de sentir que no piso firme sabiendo que ella ya no estará a mi lado del modo que había estado hasta ayer, pensamos que es para bien de ambos, pero la tristeza es ineludible.
De lo que ha ido pasando creo que cada una merece su propio post (expediciones, hobbies nuevos, tutoriales, mascotas, babosadas y algunos desazones), ahora que aún no olvido sus detalles, por lo que estaré retomando este querido diario cibernético en desuso, me pregunto si algún día mi descendencia (si es que llega a haberla) leerá ésto, o si el Internet será tan obsoleto como las películas BETA
Increíble, como una semilla puede llegar a tocar el cielo. Espero sentir su aborregada humedad en mi propia piel.