Cantinflas 2014, interpretado por Óscar Jaenada. |
Ayer fui a ver la película de Cantinflas. Sólo voy al cine cuando realmente le traigo ganas a una película; puedo esperar a que los estrenos salgan en Netflix o a que alguien más me preste el DVD. La de Cantinflas causó expectativa porque el actor elegido para representar al ídolo mexicano fue un español; sin que eso sea una agravante porque puedo decir que desempeñó el papel de manera más que satisfactoria; uno se la cree y pasó la prueba de fuego: nos hizo reír a todos. La película trata de la vida del cómico, por lo que tiene sus momentos divertidos y dramáticos, también me llamó la atención que es la primera vez que veo una audiencia tan heterogénea en la sala de cine; había niños, viejitos que se arreglaron como si fueran a misa, pubertos, jóvenes adultos (comme moi), Dones con hipotecas, etc. y no se mucho de cine, pero por lo que alcancé a notar al salir de la sala, todos se oían satisfechos con lo que vieron, la película esta buena pa pasar una tarde.
El origen de mi interés por la película se basa en que mi gusto por las películas de Cantinflas es una herencia de mi atesorado abuelo; acompañado por su cigarro Delicado y en ocasiones su Brandy Don Pedro, los fines de semana en las tardes-noches se daba un momento de relajación viendo las películas del cómico. Mi abuelo era especial para mi porque siempre me cuidó mucho más allá de lo que se "requería", incluso regañaba a mi mamá cuando ella me regañaba a mi, aunque en realidad mereciera el regaño :P, él era pura bondad. Me llevaba a la Merced y me enseñó a buscar los mejores víveres a los precios más accesibles, me enseñó a caminar mucho sin chistar, me compraba guanábana porque me gusta, me compraba chicharrones y cajas de estampas para llenar mis álbumes de Dragon Ball Z, pero lo que más me gustaba que me diera era su cariño.
La cripta familiar, un poco descuidada. |
Por estos días se cumplió casi una década de que dejó éste plano existencial, por eso fui con mi madre a saludarlo al panteón, él siempre procuraba ir seguido para tardarse horas dando mantenimiento y limpieza a la tumba de sus padres, donde ahora, también él yace... él nunca hubiera dejado que esa tumba estuviera descuidada, por eso ahora tocará ir un poco más frecuentemente. De niño a veces lo acompañaba; yo sólo le acarreaba agua mientras jugaba con cochinillas como canicas, mientras el pulía, limpiaba, tallaba, pintaba, etc.; ambos envueltos por el olor de los pinos que crecen alrededor. Cuando nos íbamos, me llevaba a ver la tumba de Cantinflas; el ídolo de muchos; su ídolo:
Hay tumbas mucho más rimbombantes a su lado, pero dicen que la mejor tumba es la más humilde. |
Y por todo eso el tono melancólico del post. A veces nunca se saca lo que uno piensa, de modo que así como dejamos salir cosas lacerantes de uno, también aquello que nos vuelve frágiles busca salir a la superficie, en ocasiones sólo queda dejarlas, las emociones son como el agua; si no están en movimiento, se estancan y se pueden pudrir.