Desencuentros con el alcoholimetro

Ayer platicaba con mi mentor en el trabajo sobre sobre experiencias con el alcoholĂ­metro. Me acordĂ© de las mĂ­as. Cuando tomo nunca es mi idea ponerme hasta atrás, no me gustan los efectos posteriores; como la cama que se mueve, ir al baño y sentir que te vas a hundir en Ă©l, terminar sacando los sagrados alimentos por donde entraron, los dolores de cabeza y los sabores insĂ­pidos de la comida; no no no; eso no es lo mĂ­o, pero la inspecciĂłn me ha tocado algunas veces; como siempre voy con amigos, en  las primeras ocasiones bastaba con que se pusieran como bultos y le dijera al poli que los borrachales eran ellos, pero la tercera... la tercera fue la vencida y fue una noche calamitosa, ahĂ­ va:

Fui con un amigo de mi ex-trabajo a un bar cercano al metro Aquiles Serdán, era un pequeño local con unas 15 mesitas redondas, lo vi un dĂ­a que pasĂ© en auto, y ese dĂ­a me acordĂ© que querĂ­a conocerlo porque decĂ­a rock en vivo. No mentĂ­an: la banda del lugar era una shulada, tocaron puras rolitas de rock clásico: Deep , Doors, Beatles, Zeppelin, Who, Rolling, etc; no no no, yo estaba cheleando agusto y bien prendido, igual que muchos más en el bar, sobre todo porque no tenĂ­an teclados y el guitarrista se echaba unos buenos arreglos de los solos de teclado, hasta me puse a platicar un poco con Ă©l sobre sus instrumentos durante los breaks que se tomaba la banda. Pero luego vino el conflicto, uno de los que estaba más prendido se quedĂł jetĂłn en la mesa de a un lado, y le echĂ© una servilleta para que despertara y no se perdiera a la banda... evidentemente ni sintiĂł el toque de la servilleta y siguiĂł soñando, pero sus amigos (ahĂ­ descubrĂ­ que a ese bar iban las mismas personas de siempre y todas se conocĂ­an), nos la hicieron de jamĂłn,  y querĂ­an reñir, al final la mayorĂ­a aceptĂł que ni le habĂ­a hecho nada al bello durmiente pero hubo dos que se quedaron con ganas de reñir y cuando salimos nos quisieron pegar... bueno a mi amigo si le pegaron un poco a mi sĂłlo me tocĂł un rasguño en el párpado que sĂłlo se veĂ­a si cerraba el ojo :P. De ahĂ­ huimos al auto y como no conocĂ­a chido la zona y era de madrugada (desierta de autos), no me di cuenta de que tomĂ© alguna avenida principal en sentido contrario; que nos cae la ley (que venĂ­a en el sentido correcto), de ahĂ­ ya todo mundo conoce la extorsiĂłn: que olĂ­amos a alcohol, que iban a llegar más polis, que más baro y no se que tanto... al final sĂłlo tenĂ­amos 100 pesos y con eso la libramos :S. Pero cuando estábamos a 10 minutos de la casa de mi cuate nos tocĂł el alcoholĂ­metro y mi argumento de siempre no funcionĂł :(, asĂ­ que me hicieron la prueba. Fue horrible, el nĂşmero mágico que separa a uno, por algunas horas, de su libertad es 0.40. DespuĂ©s de soplarle, la cosa esa subiĂł rápido hasta 0.15 y de ahĂ­ se tomĂł su tiempo para avanzar cada simple punto, yo digo que se echĂł como 5 minutos subiendo punto tras punto leeeentamente... y se detuvĂł en 0.36, por la manera en que avanzaba, imagina que se iba a parar en 0.60 luego de media hora, pero noooo, la salvĂ© por poquito, dejĂ© a mi amigo en su casa y desde entonces ya no tomo mucho si manejo ni voy  bares desconocidos y solitarios.
Al menos nunca he estado al nivel de este Don.

Se dice que a veces aunque uno no tenga el nivel de alcohol requerido para reprobar la prueba, si se echa un trago rápido al final, el aliento puede verse saturado de alcohol y pues... sanciĂłn. En mi anterior trabajo un colega me contĂł su experiencia en el Centro de Detenciones Administrativas, (aka El Torito), como Ă©l mismo dijo se la pasĂł a toda madre. SegĂşn contĂł, como es un lugar para delitos menores, caen muchos borrachos y orinadores pĂşblicos, y un poco de criminalidad más profesional, decĂ­a que la comida estaba chida, como para curar crudas, y que un instructor les echĂł una plática bastante amena sobre las drogas y los vicios, dijo que estaba tan bien explicada y de manera lĂşdica que retuvo la informaciĂłn como nunca lo hizo durante las clases de orientaciĂłn de la secundaria jeje, uno de los consejos que les dieron fue que tomaran harta agua; que por cada copa que se echaran se tomaran el doble de agua; de ese modo la naturaleza hace lo suyo y antes de que el alcohol llegue a afectar el cuerpo, termina por ser desalojado del sistema, no recuerdo que tantas cosas le enseñaron; pero la semana que siguiĂł a su arresto, era un gurĂş de temas de vicios, redimiĂ©ndonos a todos (por lo menos de la tomada), una transformaciĂłn como la de San Pablo  :O.

ConclusiĂłn no tan obvia:
Por la buena (el susto que me llevé) o por la mala (el arresto de mi compañero) hay que aprender que tomar y manejar no se mezcla, sale mejor pedir un taxi o anidar en la casa de un amigo, así se evita hacer daño a uno mismo y a otras personas de la calle que ni la deben ni la temen n_n.

Daniel Castillo

1 comentario:

No importa que el post sea viejo, igual lo leeré: Que se manifieste lo que se quiera decir n_n

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