De un mexicano en Japón. Parte II

Luego de superar los miedos de las limitaciones lingüísticas éste resultó ser mi viaje más memorable. Es por ello que haré un cierto número de fotoposts, ya que las imágenes dicen más que mis posibles textos, Japón se vive a través de todos los sentidos y mirar hacia cualquier dirección implica que algo tomará posesión sobre la mirada, ya sea porque es algo cultural sigificativo y super viejo o porque las bizarreces callejeras son abundantes. Es por ello que el viaje se dividirá en varios posts, para no sobresaturarlos individualmente con la carga de imágenes.

Mi viaje comenzó a mediados de Marzo y terminó la primera semana de Abril, tratando de coincidir con la temporada de las flores de cerezos que adornan todo el país, mi percepción final es que las dos primeras semanas de Abril es cuando están en su mayor apogeo, aún así había un poco de resaca invernal y la lluvia alternada de días soleados no era inusual, llevé una mochila gigante que dejaba en los hostes, una regular para diario, un paraguas (que me resultó extremadamente útil), una chamarra rompevientos y no demasiada ropa, en muchos hostales había lavandería, y así pude echar más cosas para traer de regreso.

Lo primero que hice al aterrizar fue sacar efectivo de los cajeros, el tipo de cambio es más favorable que cambiar de pesos a dólares y luego de dólares a yen. Desde el aeropuerto de Narita hay camiones y trenes que lo llevan a uno a la Tokyo, el método más económico (unos 1500 yen) es un tren que tarda lo mismo que los camiones (más costosos), 90 minutos, a través del metro, la línea Keisei, esta también el Skyline que cuesta el doble y se hace media hora, existe también la posibilidad de activar el JR pass y usar la línea Keisei sin pagarla aparte, pero en mi caso activé el pase 3 días después de mi llegada, para poder planear una ruta de los lugares que vería con calma. Mi primer hostal estaba en la zona de Asakusa, obviamente no tenía idea de que el templo más icónico de la ciudad estaba por ahí: mi vista al emerger de las profundidades del metro fue la siguiente:

Tokyo. Fase I

El cuartel general de la cerveza Asahi, el edificio parece un tarro, con la gota flotante y el Skytree al fondo, el edificio más alto de Japón.
Las casas y negocios conviven perfectamente con las estaciones y vías de metro (que es lo que parece techo).
La puerta del trrueno, que da acceso al Senso-ji, uno de los centros religiosos más importantes de la ciudad.
Después de dejar mis cosas decidí ir a la estación Ueno, donde podría conseguir la tarjeta SIM para mi celular, como buen caminante, opté por usar mis piernas como propulsión, con el plus adicional de que podía ir conociendo la ciudad y los altares que salían de la nada, los restaurantes de la zona, las esculturas, jardines que emergen de la nada, un sin fin de cosas, la idea de los primeros días era empezarle a perder el miedo a ese monstruo de ciudad, pero siendo chilango, estoy curado de espanto:

Esos jardines tan bellos y antiguos no se mantienen solos.

El acceso al palacio imperial, no se puede ir más lejos, pero fue una excelente vista para cerrar el día.
Empezar el día temprano tiene beneficios únicos.

Ah si a huevo, por eso no sabía por dónde llegar, ahora sí, todo está más claro >.<.

Nikko

No dejaba de encontrar referencias a la magnificencia de Nikko, un sitio al noreste de Tokyo, hasta existe el dicho de "si no conoces Nikko no conoces Japón (o algo así)", se puede tomar el Shinkansen a Utsonomiya, al ser el primer día que usaba mi JR pass o tenía idea y me eché la ruta hiper larga de más de dos horas de camino haha, en metro, Nikko es un lugar con nichos y puertas increíbles, lugar de reposo de shoguns, rodeado de ríos azules, montañas y naturaleza, ¿quién no querría reposar ahí? El nivel de detalle de los edificios es brillante, incluso hay un templo con un dragón pintado en el techo que solo resuena su se golpea unos palos justo debajo de su boca, aunque también esta grabado un elefante en sobrerelieve que es evidencia que el artista jamás había visto uno haha, parecía un rinoceronte peludo. Existe una puerta que es uno de los principales atractivos del sitio, pero esta en remodelación hasta 2017 me parece haha.

El icónico puente que sólo los shogun podían cruzar.

Las puertas de los templos budistas a veces tienen influencia hindú

Lámparas y torres guardianes, siempre son dos, porque en la vida debe haber dualidad.
Las puertas con dragones de ébano rompen madres, además las rodean.
El nivel de detalle den la madera de las aves es increíble.
Las suertes ofrendadas en los diferentes altares.
Las calles destilan furor de orgullo y grandeza cultural asiático en todos los aspectos.
Las fuentes siempre son parte de los templos budistas, pues hay que quitarse lo impuro antes de postrarse ante las deidades,


Los templos suelen estar al final de escalinatas, para elevarnos y darnos drámaticas visiones.
Este ramen tenía unas hojas que parecen huevo pero en realidad es una especialidad de la zona, hecha de la nata que surge al preparar el tofu, exquisito.
Más fuentes dragonescas.
No se lo inventó whatsapp, los 3 simios sabios del establo, que rezan que un buen monito no escucha, no habla y no ve el mal. Tal edificio tiene la historia de la vida repetida en infinitos siglos, está precioso.

Después de un día entero de caminar entre los bosques de Nikko, uno se percata de que es un lugar imposible dejar pasar, los museos, templos, altares, pinos, págodas, tooodo lo que está en el lugar merece dedicarle por lo menos un día, un día lleno de admiración y largas caminatas.

Aquí terminaré este post, el anterior se puede ver aquí y el siguiente por acá.


Daniel Castillo

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No importa que el post sea viejo, igual lo leeré: Que se manifieste lo que se quiera decir n_n

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