Debajo de la lluvia

Antes de ser Godínez me gustaba cuando caía la lluvia, me gustaba caminar bajo ella, me divertía viendo como toda la gente corría como ratones huyendo del escobazo asesino, buscando algún refugio junto a algún muro, y de todos modos terminando empapados. Luego una amiga que era extremadamente perceptiva me dijo que a ella también le gustaba la lluvia porque sentir tantas gotas sobre su piel al mismo tiempo, era como una sobrecarga de sensibilidad y sentir le parecía equiparable a estar consciente de vivir, me pareció un enfoque bastante interesante, después, cuando le estaba agarrando el gusto a la bici y salía a rodar por las tardes, en los días lluviosos no me quedaba más que amachinar y rifarme, me gustaba que el aire estaba más frío y el suelo presentaba menos fricción, los tiempos de recorrido en esos días siempre eran menores, y necesitaba mucha menos hidratación, terminaba como jerga para trapear, eso sí, pero me parecía muy divertido, también desarrollé una buena técnica para rodar bajo la lluvia, algo a lo que tal vez valga la pena hacerle su propio post; como sea, nunca había sido de usar paraguas, hasta ahora, que como Godínez es un poco molesto mojarse la ropa de vestir formal, por lo general eludía la lluvia, saliendo un poco más tarde o estando ya en el camión cuando se soltaba, pero ya van un par de días que me la he pelado, y como es la primera temporada de lluvias en mi vida en la que estoy cargando un paraguas, aún no me acostumbro a cargarlo siempre, lo peor es el viento, y creo que no solo para mi porque me ha tocado ver bastantes paraguas lesionados por sus efectos, así que cuando se pone muy jarcor, mejor me cubro, esperando a que se calme la tormenta; uno de esos días me tocó un compañero de marquesina medio curioso (me quedó la impresión de que ha de haber tantas historias de marquesinas bajo la lluvia como historias de taxi), en una de esas hasta se conocen así algunos futuros esposos o socios, o como en mi caso, les puede tocar un valedor que se puso a fumar mota mientras tiraba el miedo, pa entrar en calor, dijo, tal vez también pa' evitar ese escalofrío gacho que se siente cuando dejamos salir la agüita amarilla que se lleva un poco del calor corporal :P.

Como sea, aún con paraguas, lo más probable es que los pies terminen mojados por el ángulo en que cae la lluvia y que el grandioso invento que la repele no puede cubrir del todo, pero pa eso hay equipo pro contra la lluvia. Esta señora estaba chambeando sin inmutarse 

La señora, más seca que una lechuga :P.
Como sea, cuando llueve, aún prefiero caminar, igual los zapatos van a terminar empapados, con un olor raro, pero prefiero eso a tener que arriesgar mi existencia hacinado y asándome en el metro o camión, que se atasca más que nunca porque nadie se quiere mojar, y estar atorado en el tráfico en un propio auto, es como un estilo de vida para muchos, pero no para mi. Es por eso que el siguiente post será sobre los medios de transporte en ésta, la ciudá de la ejeperanja. Espérenlo

Daniel Castillo

2 comentarios:

  1. La lluvia es la gran bendición de Don Tláloc e incluso controlable para algunos privilegiados. Desde que soy Godínez ya no puedo disfrutarla como es debido. :S

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    1. Bien Cierto, lo peor es cuando me entero de que ya me acabé la suela de mi zapato porque siento el pie húmedo al caminar bajo la lluvia :(

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No importa que el post sea viejo, igual lo leeré: Que se manifieste lo que se quiera decir n_n

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