De las noches de museos

Ya tiene un rato que los últimos miércoles del mes, muchísimos museos y casas de cultura extienden sus horarios para presentar exposiciones o recorridos nocturnos, tenía un buen de ganas de ir al Museo de Arte Popular a ver los alebrijes nocturnos. Los alebrijes siempre me han gustado, desde niño me encantaban los juguetes de monstruos salidos de la más retorcida mente de sus diseñadores, mi favorito era una versión de Alien que tenía una especie de espina dorsal expuesta con alas y garras gigantes de águila o algo así. Las películas que involucran mosntruos que suelen ser fusiones de cosas que conocemos también me emocionan, como es el caso de Pacific Rim (Que ora si dicen que ya tiene fecha de estreno :D).

Entonces éste miércoles que pasó me lancé tan pronto pude, luego de peregrinar desde Six Flags con mis primos, para ver la tan elusiva exposición, que había querido observar por meses previos:

Este fue mi favorito, Las criaturas del abismo marino me parecen bastante monstruosas.

Había un buen de gente echando la selfie, pero al parecer era la finalidad, porque los alebrijes interactuaban un poco con los que se les paraban al frente.

Estos no me parecieron de anatomía tan mixta o  increíble.

Este estaba padre, mitad pez mitad insecto. Con un sistema de iluminación en los ojos que fluctuaba de manera diferente que el resto del cuerpo

Todos los alebrijes tenían una persona que los movía y que andaba cargando alguna batería para alimentar la iluminación interna de LEDs de los alebrijes, que variaba en tonalidad e intensidad luminosa.

No me gustó que, a mi parecer, hubo muy pocos especímenes. Me gustó que los alebrijes fueron diseñados desde su concepción para funcionar de noche y con iluminación, imagino que fueron un desafío técnico más complejo de lo que el papel periódico, engrudo, alambre y cientos de horas de dedicación arrojan; creo que es una buena manera de que el arte típico se acerque a nuevas generaciones que solo piensan en gadgets y selfies... y de cierto modo, estos alebrijes eran un gadget y a la vez un punto de interés para selfies, imagino que varios de las asistentes pusieron su foto como perfil de Whatsapp o Facebook.

Vino Gary.

La morrilla ya se sentía muy maloramente luminosa.
Y ya como pilón había una sala abierta dedicada a una técnica artesanal que consiste en conjuntar diferentes tipos de madera para crear cosas como las que se ven a continuación, por desgracia no logro recordar el nombre de la técnica.

Estaba chida la cruz, que chambota.

Porque los mexicanos nos reímos de la muerte y mejor la usamos para guardar chunches.
Este tablero creaba un efecto de distorsión chidito. bien espacio-temporal.

Daniel Castillo

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No importa que el post sea viejo, igual lo leeré: Que se manifieste lo que se quiera decir n_n

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