De pueblo en pueblo

Tiene ya algunos años que esa iniciativa de los pueblos mágicos esta cobrando bastante fuerza, es un hecho que si uno decide escaparse un fin de semana a conocer alguno, encontrará otra centena de familias que pensaron justo lo mismo, la mayoría vestidas como si fueran a la playa, con sandalias y vestidos, o outfit de explorador amazónico, pero con calcetota... cosas raras, por eso siempre se burlan de los turistas, se ven un poco ridículos y eso le quita un poco lo mágico, pero, a final de cuentas, son pueblos que ya están en el imaginario colectivo, y la idea es darles más visibilidad. Lo bueno es que no son el destino elegido de los Godínez más pura sangre, que optan por los destinos saturados, calurosos y acuáticos, mismos de los que yo rehuyo.
Así; y antes llegan con pantalones dockers y camisas de cuadros, las damitas con chanclas y chors, pero con chalina, pa contra arrestar la visibilidad de la celulitis :S.
Los pueblitos tienen, a mi parecer, mayor encanto, por sus trasfondos históricos y culturales, y suelen ser muy diferentes entre sí, también, algunos sulen ser puntos de convergencia de tradiciones y culturas prehispánicas, como San Cristóbal de las Casas o Cuetzalan del Progreso, las personas indígenas aún frencuentan el pueblo como punto de encuentro para comerciar sus mercancías o comprar lo que necesitan, lo cual ayuda a plantar los pies en la tierra y recordar nuestro pasado y presente. Hay algunos pueblos que sorprenden, en muchos sentidos, pero hay algunos otros que sólo tienen una iglesia bonita y ya, o son como Xilitla, donde el pueblo en sí, es bastante común, pero tienen el jardín surrealista a un lado, por lo que, hay pueblos más mágicos que otros. Una lista de todos aquí, por lo que me han dicho, Metepec está medio X y que tal vez se coló por razones más bien políticas :P.
El restaurante-ex-vagón-presidencial de El Oro.
Un compañero del trabajo que tiene la misión autoimpuesta de recorrer los pueblos mágicos, me habló de El Oro de Hidalgo, es uno de los más peculiares que he visitado (la mayoría en el centro del país), cumple con el requisito de ser laberíntico y sin lugar para estacionarse, de estar bañado bajo sol infinito y de estar construido sobre un cerro que dificulta el desplazamiento a través de él. Por su historia como yacimiento de oro, muchos extranjeros llegaron a vivir en él, y se nota mucho en la arquitectura, con edificios que parecen haber sido trasladados desde el sur de EE.UU. al Estado de México.
El palacio municipal, encantador y con un estilo bastante refinado, además las nubes posaron bonito.
Pero el pueblo no es solo interesante por su arquitectura e historia, cerca esta la presa Brockman, según la señora que me orientó, "el Sábado de gloria iba a estar lleno de borrachos mojándose, y comida, un chingo de comida", esa fue su conclusión luego de tenerme como 20 minutos en su negocio, haciéndome un croquis medio bizarro del laberinto del Minotauro que es El Oro, luego de que Google quería que me metiera en auto por unas escaleras ¬¬, pero eso sí, bien amable la gente. Ya en la presa había lanchas de remos, cabañas super padres, caballos (sé que a todos les gustan, pero a mi me parece molesto ir sentado en ellos, la zona de caballero sufre mucho castigo, sólo me subiría a uno si me viera tan malote como Vladimir Putin :/) y personas locales vendiendo botanas y chelas, todo lo que uno necesita para el picnic casual. Las pláticas de la vida cotidiana en los pueblos son muy curiosas, para un citadino, claro está. Verdaderamente, México es un país de matices y cultura en extremo diversos.
Acá casual, echando el poker bajo el sol y cheleando, sacándole jugo a la tanda.
Y luego de regreso al DeFe, el caos estuvo muy leve estos días, la gente como que sigue pachangueando fuera, dejando que los Godinez hiciéramos nuestras vidas felices, pero como acá es la capital, también tiene que tener sus manifestacíones culturales... peculiares. Así que a conocer pueblitos, para saber más de todos los tintes de México que hay en México (ya sé, pleonasmo, pero es la idea).
Había stripers para todos los gustos, lo mas cagado era que llevaban unas bocinas que dejaban sonar música como la que una botarga de Doctor Simi bailaría, y ellos metidísimos en el papel, viendo al horizonte, pero bailando y chiflando bien prendidos, creo que se quejaban de Ebrard, lo malo de esas cosas es que uno no se entera de su proclama :P.



Daniel Castillo

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No importa que el post sea viejo, igual lo leeré: Que se manifieste lo que se quiera decir n_n

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