Sendas Mentales

Ya el año pasado la lluvia me dejó algo que escribir. Ayer estuvo bien ruda, de nuevo. Iba caminando con una personilla sobre Reforma, casual, sin temerla ni deberla, cuando de repente ¡Puuuuum papaw!  una salvaje ráfaga de viento decidió llenar mis ojos de tierra volátil, el infame viento fue capaz de oponer algo de resistencia a mi movimiento, Eolo resoplaba furioso, así que una pequeña cabina telefónica terminó siendo mi protectora, porque además volaban cubetas, ramas (mis enemigas naturales #1) y no se qué tanta cosa más. En cuanto el viento pareció ceder un poco de su furia, corrimos los 8 metros que nos separaban de la entrada de un estacionamiento, leeentamente porque el viento nos frenaba, sólo para descubrir que estaba empezando a llover, unos segundos más y hubiéramos terminado empapados. Como el ciclocarril estaba a la vista, me tocó ver un par de colegas ciclistas con cara de que apenas podían respirar, resultado del agua que el viento les restregaba en la cara, pobrecitos. Cuando llegué a mi casa descubrí que iba transportando en mi cabello vegetación seca y una pequeña piedra ¬¬; bien Changoleón.
 

La primera lluvia suele ser la más ruda, ahora temo por la vida de mis Godi-zapatos y  mis Godi-pantalones, ayer terminaron como si hubiera estado brincando en charcos, aún así, esperaré a que las primeras lluvias barran toda la suciedad estancada de las calles, que, junto con la humedad del suelo, hace un poco más riesgoso rodar en bici o en moto.

Papalord Vivaldi, encontré un blog con música clásica en versión merol. Aquí

Peeero, como es Miércoles musical, me acordé de una pieza dedicada a la lluvia, curiosamente es una de las favoritas en el mundo del merol, le he encontrado un montón de versiones tocadas por bandas del género, una de mis favoritas es la de Vanessa Mae, que no es merols, es una violinista virtuosa que le suele dar un toque muy propio, como modernón, a la música clásica que interpreta. La pieza de la que hablo es el tercer movimiento del Verano de Vivaldi y esta dedicado a la lluvia; algo que no es muy conocido, es que cada concierto (uno por cada estación, música para todo el año) en realidad va acompañado de un soneto; pueden ver los cuatro sonetos y los conciertos completos aquí. Cada concierto tiene tres movimientos, todos ellos con una complejidad apta sólo para virtuosos. Obviamente, todo mundo conoce la primavera, sin embargo, el primer movimiento del Invierno no tiene madre, aún así, fue el presto del Verano el que me hizo buscar las demás piezas. El soneto del verano esta abajito. El último párrafo es el que esta dedicado a la tormenta, o sea, ayer estaba de vaquetón, como el pastor y luego, tuuuuve mieeeedo certero.

EL VERANO

Bajo dura estación del sol ardida

mústiase hombre y rebaño y arde el pino;

lanza el cuco la voz y pronto oída

responden tórtola y jilguero al trino.

 

Sopla el céfiro dulce y enseguida

Bóreas súbito arrastra a su vecino;

y solloza el pastor, porque aún cernida

teme fiera borrasca y su destino.

 

Quita a los miembros laxos su reposo

el temor a los rayos, truenos fieros,

de avispas, moscas, el tropel furioso.

 

Sus miedos por desgracia son certeros.

Truena y relampaguea el cielo y grandioso

troncha espigas y granos altaneros

La tormenta. Esta mujer es casi tan rocker como David Garret, y también es agradable a la vista, ¿qué más se requiere?¿quién dijo que la música clásica no puede ser atractiva?.

Esta es de Bach, pero la versión de Vanessa merecía un espacio en mi blog, esa canción siempre ha sido tan memorable, creo que en parte porque al ser una composición para órgano, el sonido que crea es como fantasmagórico y enervante, sin embargo el arreglo que Vanessa le hizo para violín, con algunos otros instrumentos, le quedó chido.

Yo se que aún no llega ni la primavera, pero ayer me acordé el presto veraniego y pues ya, ni modo. :P