Sendas Mentales

Ayer fue la segunda vez que permanecí más de 30 minutos en un Karioki. La primera me hiper aburrí y terminé inventando algún pretexto para irme, así que no esperaba gran emoción durante la velada, pero me equivoqué, resultó bastante amena la compañía y curiosas las peculiaridades de la clientela predominantemente perteneciente a "la comunidad" (LGBTTTI), en un bar de la Zona Rosa.



Los chakas también tienen su corazoncito y se agarran de a cucharita.

La música agropecuaria estaba a todo lo que daba (lo sostengo, hay una fijación insana por ella). Lo bueno fue que me puse a platicar de rock setentero con Gerardo, fue bastante chido, me habló de algunas bandas que aún no conozco, pero que prometen, ya las escucharé y en una de esas hasta sale un post de Miércoles musical. Para reducir mi nivel de hurañez por la música, hice uso de la fórmula básica Chela = Amenidad, así que luego de algunas, en algún punto pedí que me firmaran un pectoral y quedé impregnado por los trazos de Mariana (ya no me lo volveré a lavar).



Joel. Homenajeando a José José; cantándole al amor, cantándole a la vida, cantándole a los enamorados (parados de puntitas).

Luego ya estaba tan ameno que hasta canté una canción, pero una decente: Don't you love her madly de los Doors, luego vino algo más de música agropecuaria, nos cerraron el changarro y nos fuimos a cenar a casa de Toño. Al final me la pasé tan chido que ya ni me molestó no dormir mis reglamentarias 7 horas, haber ido a un karaoke a escuchar mucha música agropecuaria, o haber estado con colegas Ingresseros y ni siquiera haber prendido el scanner del juego.

Ya tenía rato que no cenaba chela, normalmente cuando eso pasa duermo a pata tendida, pero despierto temprano y bien descansadito (errrr... no pasó hoy). Así que me permití dormir como 45 minutos más y aún así llegué a tiempo al trabajo. Lo malo: No me dio tiempo de jugar Ingress antes de entrar :(.